Abriendo boca con Bukowski

lunes, 24 de noviembre de 2008

Ahora que va entrando el frío (y a veces incluso la niebla) y mi Murcia parece haberse convertido en Londres 11 de noviembre de 1850, hasta el punto de que uno dobla las esquinas esperando encontrarse un Jack el Destripador, un Oliver Twist o un Pip camino a la city, me ofrece el jefe de este cotarro un hueco para que me ocupe de lo que ha dado en etiquetar ‘letras inglesas’. Menos mal que se me explicó a fondo, que yo ya tenía pensado dedicar mi primera entrada a GB, UK, BBC y MAN UTD. En adelante espero ser capaz de ofreceros vistazos breves por el ojo de una cerradura, como de pervertido en el vestuario de las animadoras, a la literatura en lengua inglesa; de Douglas Adams a H.G. Wells, de los clásicos a la vanguardia pasando por los imprescindibles, las piedras angulares de la literatura moderna y por qué no, los pestiños ejemplares que nos venden a precio de salmonete. Prometo ser un snob y un cultureta, desdeñar vuestras opiniones, contraatacar a los que osen dudar de mi criterio y todas esas cosas que en el fondo son las que dan vidilla a un blog. Por otra parte, también prometo rebuscar entre lo mejor de mi (escaso) fondo literario para mostraros y descubriros joyas ocultas y platos de sabor, si no exótico, inusual.

El primer plato, que no tiene nada de entrante, es mi idolatrado Henry Charles Bukowski. Por ponerlo en breve, si no te gusta Bukowski no eres persona. Bukowski es a la literatura lo que la sangre a una reyerta a navajazos; es, está, y deja claro qué es ser y estar. Lo frustrante de admirar a un personaje marginal, borracho, misántropo y a la vez increíblemente dotado para las letras es que nunca vas a conseguir alcanzar ninguno de sus dos extremos: ni el de la más franca y absoluta marginalidad ni el de plasmar verdades absolutas en frases tan simples y concisas como “Van Gogh se cortó una oreja/y se la dio a una puta/que la tiró extremadamente/disgustada. Van, las putas no quieren/orejas/quieren/dinero”. Seguramente Juan Manuel de Prada se retuerza de asco con este extracto del poema “Working Out”, pero la verdad es que es complicado obtener más con menos: Bukowski ofrece sensaciones en bruto, con los detalles que duelen, repugnan, y no quedan bonitos en un marco encima de la tele.

Su trayectoria poética y novelística, además de regalarnos títulos tan sugerentes como Escritos de un viejo indecente, La máquina de follar o Soy la orilla de un vaso que corta, soy sangre, refleja su propia vida a través del cristal sucio de Henry Chinasky, protagonista absoluto y antihéroe de Cartero, Factótum o La senda del perdedor. Hijo de alcohólico, víctima de malos tratos y afecto de una timidez patológica en su niñez, Bukowski escupe la realidad envuelta en ácido humor ante un público adormecido al que caricaturiza constantemente, trazando arquetipos que podemos reconocer en sus ineptos y santurrones superiores en Cartero o su propia familia en La senda del perdedor. A menudo, listado entre los escritores de la generación beat, Bukowski tiene un valor añadido frente a Kerouac o Ginsgberg, por poner dos ejemplos clave del movimiento: una visión descarnada y a la vez reconocible, nada mística, de la crudeza del vivir. Es por esto que su obra destila un hedonismo salvaje, un apetito voraz por la vida, el sexo y el exceso. Es el germen y alma del realismo sucio.

Y por hoy vamos a dejarlo porque me pongo tierno. No me queda más que recomendar la lectura de Cartero como primer acercamiento a un autor que, si tenéis el buen gusto que se os supone al leer este blog, no tardareis en encumbrar por encima de vuestros Coelhos, Antonio Galas y compañía.
Por:
Antonio S. Capel

3 comentarios:

★★ DiAnItAp ★★ dijo...

Hola pasaba por aca a saludar, definitivamente uno de los mejores blog, perdon por no poderte ayudar o no enviarte lo que estoy escribiendo estoy en final de semestre y se me ha complicado mucho, espero seguir en contacto contigo, adios.

Anónimo dijo...

Sí señor. Bukowski es la esencia de la literatura. Es poesía salvaje, resaca de palabras,borrachera de verdades.
Estoy totalmente de acuerdo contigo Antonio y me ha gustado mucho leer esto. Sí señor!!
Ya era hora de que hubiera un espacio para la literatura en estado puro, sin barreras,estoy asqueada de esos blogs creados para los que solo leen lo "correcto". Os felicito.

Anónimo dijo...

Gracias, Raquel. En breve el segundo plato, no es Bukowski pero es igual de sabroso.

A ver si ahora que salimos por la tele el jefe Masa nos aumenta el salario de 0 a 0,60. Que uno no vive del aire, señor, vive de las cañas.