Uno de los clásicos contemporáneos en cuanto a literatura musical se refiere es sin duda “Alta fidelidad” del inglés Nick Hornby. Para los que nos gusta, o más bien, sufrimos, amamos, vivimos y despreciamos la música, este libro deja claro que en algún lugar del mundo hay personajes tan esquizofrénicos como nosotros que canalizan sus emociones en las canciones de los demás. A través del personaje de Rob Fleming, Horby se desahoga como amante de la música, escondido detrás de un hombre que no acepta los compromisos, los acontecimientos serios y los trajes de chaqueta.
Fleming podría ser el amigo que muchos tenemos (en versión londinense). Trabaja en una tienda al borde de la ruina en Camden Town y tiene dos empleados que jamás reconocería por amigos (uno de ellos, por amar demasiado el heavy metal) pero sin los cuales no podría vivir. Fanático enfermo que sabe de todo género musical, cada disco, artista, track, concierto, y además impone sus opiniones como las correctas y se ríe de quien aguanta más de dos minutos con una canción de los 40 principales. Su máxima aspiración es pinchar los fines de semana en su bar favorito o encontrar el último vinilo remasterizado de las Supremes. Con una premisa clásica, el amor, Hornby construye la personalidad de un chico que no puede comprometerse con su novia y ésta termina dejándolo. A partir de entonces Rob hará un recorrido desternillante por su a veces patética vida a través de listas estudiadas y numeradas, sus aficiones, gustos, odios y vida privada expresados de forma ordenada para alguien que vive un extremo caos emocional. Por ejemplo:
· Mis cinco rupturas amorosas más memorables, las que me llevaría a una isla desierta, por orden cronológico:
· Alison Answorth.
· Penny Hardwick.
· Jackie Allen.
· Charlie Nicholson.
· Sarah Kendrew.
· Personas a las que había visto besarse antes de 1972:
· James Bond.
· Simon Templar.
· Napoleon Solo.
· Barbara Windsor.
· Algunas de mis canciones preferidas:
· Only Love Can Break Your Heart, de Neil Young.
· Last Night I Dreamed That Somebody Loved Me, de los Smiths.
· Call Me, de Aretha Franklin.
· I Don't Want To Talk About It, de quien sea.
Y luego
· Love Hurts.
· When Love Breaks Down.
· How Can You Mend A Broken Heart.
· Mis cinco mejores libros de todos los tiempos:
· El gran sueño, de Raymond Chandler.
· Dragón rojo, de Thomas Harris.
· Dulce música soul, de Peter Guralnick.
· La guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams.
· Primeros cinco grupos o músicos que habría que matar a tiros cuando llegue la revolución musical:
· Simple Minds.
· Michael Bolton.
· U2.
· Bryan Adams.
· Genesis.
· Las cinco mejores canciones del pop que hablen de la muerte:
· Leader of the Pack.
· Dead Man's Curve, de Jan and Dean.
· Terry, de Twinkle.
· And Honey, I Miss You, de Bobby Goldsboro.
· Tell Laura I Love Her.
· Música que quiero que pongan en mi funeral, aunque nunca he podido pasarle la lista a nadie, porque cualquiera se moriría de la risa:
· One Love, de Bob Marley.
· Many Rivers To Cross, de Jimmy Cliff.
· Angel, de Aretha Franklin.
· Además, siempre he tenido la fantasía de que una bella y llorosa mujer insistiría en que pusieran You're The Best Thing That Ever Happened To Me, de Gladys Knight.”
Y así, decenas de listas que no tienen desperdicio, como capítulos preferidos de Cheers, los que serían los trabajos de sus sueños (entre ellos productor o periodista musical, como a tantos nos gustaría) o colecciones horribles de CDs de los pocos amigos que lo aguantan.
Si alguien le quiere poner cara, ya lo hizo Jon Cusack en una versión cinematográfica bastante aceptable (Cusack lleva el peso de la cinta con una interpretación digna, reflejando el orgullo underground con barba de tres días y la felicidad de Fleming en el universo de los vinilos, con una narración y mirada irónica que tan bien lo caraterizan) pero que no logra trasmitir la maravillosa obsesión por la música que tantos comprendemos y que destila el libro a través de las cascadas de listas e información.
Alguien diría que esta existencia es inútil y que nadie querría a su lado a un tipo tan abyecto. Lo cierto es que el personaje de Rob Fleming destila encanto, como tan bien sabe hacer Nick Horby con sus creaciones, gente malograda y al borde del suicidio (premisa introductoria de su libro “En picado” (2001) donde una serie de personajes histéricos se conocen en la cornisa de un edificio para matarse) pero que en el fondo a todos nos gustaría conocer y sin los cuales el mundo sería mucho más aburrido.
Si bien no será libro con más calidad literaria del mundo, su lectura indispensable para los pesaditos de las caras B. Y como muestra, una reflexión que tatuarse en la entrepierna: “Me da la impresión de que si pones la música (y los libros posiblemente, y el cine, y el teatro, y las cosas que tienen sentimiento y que te hacen sentir) en el centro de tu ser, no podrás aclarar ni en broma tu vida amorosa; no podrás pensar en esa vida amorosa como quien piensa en el producto acabado. Tendrás que pasarte la vida dándole caña, tendrás que mantenerla viva y revuelta; tendrás que darle caña sin parar, desenmarañarla a cada paso, hasta que se te deshaga entre las manos y te veas obligado a empezar otra vez de cero. A lo mejor es que todos vivimos la vida a una intensidad excesivamente alta, al menos los que nos pasamos el día entero absorbiendo cosas de alta carga emocional, y es consecuencia lógica que no podamos sentirnos meramente contentos: tenemos que ser infelices, o si no vivir en éxtasis, en un estado de completa felicidad, y esos estados son difíciles de alcanzar dentro de una relación de pareja sólida y estable.”
Por: Ana Andújar
3 comentarios:
Es bastante entretenido, a veces incluso bastante divertido,leer tus artículos. Y creo, sinceramente, que es de las mejores cosas que se pueden decir de un texto breve, o señor artículo en tu caso.
La putada es que cada vez que le echo una ojeada a uno de tus artículos me entra la caguetilla a la hora de colaborar en este blog, por el tema de las odiosas comparaciones... Confieso que (además de vivir) me ha asaltado el típico "¿estaré a la altura de esto?" traducido visceral y certeramente en: "¡Zorra...qué bien escrito!"
Idioteces oportunas a parte, creo que sabes más de música que un niño de primaria, y en un trivial musical no tendrías rival. Si acabo frente a Sobera y ante una pregunta superfreak musical, puedo usarte como comodín del público?
P.D.: seguro que no eres tú la que se enrrolla con J. Cusack en la peli???
si acabas frente a sobera no puedo menos q sacarte de ahi como pueda. gracias por subirle la moral a una de las mas humildes trabajadoras de este taller ilegal de zapatillas Mike.
Y digo yo, alguien cuyo nivel de conocimientos musicales esté sólo un pasito por delante del típico tuercebotas que se cree el rey porque ha oído un par de temas de los Rolling, ¿podría disfrutar de este libro? Porque me temo que no consigo sacarle tanto jugo a muchas de esas listas como alguien que realmente sepa de qué está hablando el autor, osease, tú.
Me tendré que conformar con pequeñas victorias culturetas como la de ser el único murciano que conoce a Marc Parrot hasta que se demuestre lo contrario, o la de no sucumbir a los "encantos" de OT o Fama (y no miro a nadie...)..
Publicar un comentario