Llegar a los 103 años de vida debe ser una experiencia única. Pero llegar a esa edad con la claridad de ideas que lo hace DON Francisco Ayala es más sorprendente todavía. Cuando llegó al centenario muchas televisiones sacaron infinidad de entrevistas, fue cuando me percaté de dicha claridad conceptual.
En definitiva, un grande de las letras, pero sobre todo un grande de la vida.
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